Ocio creativo, la nueva opción

A raiz del plan de empresa que estoy haciendo para el proyecto de ilatela (ya os contaré más adelante), estoy teniendo la inmensa oportunidad de tener que "trabajar" leyendo un montón de blogs de chicas (y alguna que otra empresa) con cosas preciosísimas hechas a mano.

En una de ellas leí una especie de manifiesto en el que decía que si te sentías rara, con ganas de hacer cosas a mano como punto, costura, bordados y demás, si te costaba encontrar a gente con tus mismas inquietudes, etc... que aquel era tu sitio. No pongo la página porque no recuerdo dónde lo leí (no sabéis la de páginas que me puedo acabar leyendo al cabo del día), pero la verdad es que me sentí totalmente idenficada con aquello.

Mirando algunos vídeos que creativa spain tiene de las ferias del año pasado, y teniendo en cuenta que estoy con el estudio de mercado (por si alguna no tiene idea de qué es, se trata de ver si hay gente que compraría tu producto), he estado pensando en qué nos lleva preferentemente a las mujeres a las manualidades.

En los vídeos (feria de Barcelona y Valladolid 2011) aparecen mujeres de todas las edades, pero tenían en común que se lo pasaban en grande haciendo cositas con las manos. ¿Y los hombres? Que recuerde solo he visto a un hombre haciendo punto (creo) y resulta muy llamativo.

Ahora que tengo mi enooorme experiencia como participante en el grupo de corte y confección (por si no lo habéis leído llevo solo una clase) he podido disfrutar de lo libres que nos sentimos cuando estamos en grupo haciendo una tarea creativa.

Ayer, le comentaba a mi marido que la costura me encanta porque te sientes haciendo algo creativo y que a la vez es tremendamente útil al muy poco tiempo de haber comenzado la tarea.

Él remató diciendo que tomar clases de pintura está genial, pero que terminas el cuadro, lo cuelgas y listo, sin embargo si te haces una camisa o una falda, la terminas, te la pones, la enseñas, la lavas, ¡y te la vuelves a poner! No solo puedes dar rienda suelta a tu creatividad, sino que además la haces centro en numerosas ocasiones.

Cada vez que te pones o utilizas algo hecho con tus manos, como un bolso, una camisa, o una bolsa para la comida, recuerdas que eso está ahí gracias a que tú lo creaste. Es maravilloso, o al menos a mí me lo parece.

A ver qué tal se me da la clase de mañana, según me dijo la profe ya mismo estaré haciendo algo ¡para mí misma!